Las personas mayores sufren con especial rigor las dificultades en la toma de medicamentos. Deben enfrentarse en sus domicilios a tratamientos prolongados, muchas veces con un número considerable de pastillas, con dosis alternas, y lo que es más importante con medicamentos que generan problemas graves en caso de error.
Se estima que entre el 30 y el 50 % de los pacientes mayores incumplen el tratamiento prescrito. En el paciente anciano este fenómeno esta favorecido por factores como la pérdida de memoria, la soledad, la disminución de la capacidad intelectual y los déficits sensoriales. Todo ello interfiere en el entendimiento y en la praxis del tratamiento, con lo que dificultan el cumplimiento de prescripciones relativamente sencillas.