Las farmacéuticas navegan en la tormenta perfecta

Los laboratorios tienen que hacer frente a recortes en gastos sanitarios junto a una I+D más costosa

Contar con un blockbuster, un medicamento que sea un éxito de ventas, puede aportar a una farmacéutica más de 1.000 millones de dólares en ingresos al año. Pero cada vez existen menos superventas. Las patentes se caducan y encontrar nuevas moléculas que mejoren las existentes es un proceso que absorbe gigantescas y crecientes cantidades de dinero. Y si el entorno no es precisamente favorable, con recortes en gasto sanitario en los países desarrollados, los laboratorios empiezan a sufrir un desgaste que hasta ahora no habían vivido.

"Es una convulsión formidable. Se ha formado la tormenta perfecta para las farmacéuticas. Tienen unos costes brutales para desarrollar la I+D y las patentes no siempre garantizan un retorno suficiente. Eso provoca que decaiga la investigación en algunos campos, como ha pasado por ejemplo con los antibióticos", explica el vicedecano de Esade y profesor en materia sanitaria Manel Peiró. De hecho, es muy concluyente con lo que le ocurrirá al sector: "El modelo de negocio actual comienza a tener muchas dificultades para el futuro".

No todo es tan negativo. Al menos de momento, por el lado de los ingresos, el mercado global sanitario y de fármacos sigue creciendo. Según la consultora IMS Health, en 2015, el gasto mundial en medicinas habrá alcanzado los 800.000 millones de euros, a un ritmo de incremento anual de entre un 3% y un 6%, algo inferior al 6,2% de los últimos cinco años.

Esta firma destaca que la expiración de patentes en los mercados desarrollados reducirá en más de 20 puntos la venta de fármacos de marca, que no serán compensados por las zonas en desarrollo. Pero serán precisamente los países emergentes los que más incrementen su gasto, "incluso superando el de Alemania, Francia, Italia, España y Reino Unido juntos", se señala en un informe de la consultora.

Por patologías, será el cáncer y la diabetes las que más facturación consigan (de hecho, el negocio de oncología crecerá hasta un 8% anual hasta 2015), aunque enfermedades como la esclerosis y la osteoporosis se llevarán los mayores aumentos en el gasto.

"Está claro que reforzar la presencia en los mercados emergentes, como China o India, es el gran reto de las farmacéuticas", destaca Jordi Ibáñez, socio de Accenture. Una cura para mantener el ritmo de ingresos.
"En los países desarrollados, los recortes han llegado para quedarse", opina Peiró. "Lo que no es muy fino es el tijeretazo solo en el gasto farmacéutico. Sin embargo, los precios sanitarios siguen creciendo. Es el caso español, donde hay un problema sanitario, de cultura, no solo de gasto farmacéutico", añade.

"Recortar en este coste es lo más fácil", confirma Ibáñez, "pero hay que tener cuidado porque se puede destruir un importante tejido industrial". Pone como ejemplo a Cataluña, "una región donde esta industria supone un 8% del PIB y, sin embargo, a la automoción, que supone un 10%, la ponemos entre algodones".

Además de que hacer caja no parece tan sencillo como en años anteriores, los altos costes de la I+D siguen creciendo. Tradicionalmente se ha convenido que desarrollar un fármaco cuesta unos 1.000 millones de dólares. "Lanzar un éxito como el de Messi cuesta mucho. Por eso, si se cambia el marco legal constantemente, se dificulta la inversión en nuevos productos y las multinacionales pueden llevarse la inversión de un país a otro, un riesgo que puede sufrir España", cree Ibáñez.

Pero además, alcanzar ese Messi con el que todo laboratorio sueña es menos frecuente, ya que las nuevas moléculas se dirigen a patologías más concretas. El ejemplo más claro es el del cáncer. La quimioterapia, aquella bomba atómica que arrasa con todo, se sustituye por medicamentos dirigidos a tumores específicos con pacientes que previamente se sabe que van a responder correctamente. Es el caso del Herceptin, del laboratorio Roche, para tumores de mama. Significa, por tanto, que hay que lanzar sobre dianas más precisas y cada fármaco se aplica en una población menor.

¿Cómo compensar esa circunstancia? Con precios más altos, que las autoridades sanitarias están dispuestas a sufragar si realmente esos tratamientos dirigidos son más efectivos. "La industria tiene que comprender que debe dejar de vender producto para comenzar a comercializar efectividad", aclara el socio de Accenture.

Especializarse en buscar moléculas muy concretas, ha llevado a que el mercado farmacéutico sea muy dinámico en fusiones y adquisiciones. "Seguiremos viendo compras. De hecho, si no ha habido más en los últimos meses se debe a la dificultad de los bancos para financiar grandes operaciones", opina el profesor de Esade. 

Las grandes farmas han delegado la investigación básica de nuevos productos, en gran parte, a pequeñas start-ups -la mayoría del ámbito biotecnológico-. Normalmente, el camino es el siguiente: de una universidad surge una patente o una idea a desarrollar, por lo que se crea una pequeña empresa. Si las primeras fases de la investigación son prometedoras, la gran farmacéutica adquiere la licencia del producto o directamente se come al pez pequeño, con la idea de desarrollar el fármaco en las últimas fases, las más costosas.

Esta situación ha llevado a cientos de pequeñas compras al año en el sector. Aunque también se han producido grandes compras, como la de Wyeth por parte de Pfizer o la de la biotecnológica Genzyme por parte de Sanofi. "Es una huida hacia delante. Si a una grande le expiran patentes, seguirá devorando a otras para mantener su facturación", cree Ibáñez.

El Nobel de Medicina compartido por 3 inmunologos


Los inmunólogos estadounidense Bruce A. Beutler, francés Jules A. Hoffmann y canadiense Ralph M. Steinman son los ganadores del Premio Nobel de Medicina 2011, comunicó el Instituto Karolinska de Estocolmo.

El trío de científicos compartirá el galardón por su descripción del sistema inmune humano, informó el instituto, que ha servido para luchar contra enfermedades contagiosas y desarrollar vacunas.

Beutler y Hoffmann compartirán la mitad del premio por el estudio de la inmunidad congénita y Steinman por el descubrimiento de las células dendríticas que activan el sistema inmune.

El estadounidense Beutler nació en 1957 en Chicago (EEUU), y ejerce en el instituto de investigación Scripps de California. Su colega Hoffmann, nacido en Luxemburgo en 1941 y de nacionalidad francesa, es presidente de la Academia Francesa de las Ciencias desde 2007. En tanto, el canadiense Steinman nació en 1943 en Montreal y es profesor en la Universidad Rockefeller de Nueva York.

Los ganadores del premio, dotado con 10 millones de coronas suecas (1,1 millones de euros), siguen en la nómina del más codiciado galardón del ámbito de la medicina al británico Robert G. Edwards, "padre" del primer bebé probeta, la británica Louise Brown (1978). Edwards obtuvo el Nobel en 2010 por sus investigaciones sobre la fecundación in vitro.

La entrega de los Nobel se realizará, de acuerdo a la tradición, en dos ceremonias paralelas, en Oslo para el de la Paz y en Estocolmo los restantes, el día 10 de diciembre, aniversario de la muerte de Alfred Nobel.