“En un futuro próximo los médicos nos recetarán apps”. El autor de esta afirmación, que tal vez escandalice a algún lector, es el médico José Luis de la Serna. Describía esta tendencia en The App Date Health, un encuentro sobre apps y salud celebrado con el apoyo de Sanitas y Samsung del que salieron interesantes reflexiones y en el que vimos innovadores ejemplos de lo que se está haciendo aquí y fuera en el terreno de las apps médicas y para la salud.
Es evidente que una app no es un medicamento, pero podría lograr efectos similares o cercanos. El apasionante desarrollo que está viviendo esta tecnología genera interesantes y transformadoras soluciones que no solo pueden abrir la posibilidad a la industria; también ayudar a la mejora de la calidad de vida de sociedades más longevas y, desgraciadamente, con un menor presupuesto para el gasto sanitario.
El objetivo es hacer la vida más fácil a los pacientes
En The App Date Health vimos cómo, con VirtualRehab, un paciente puede evitar desplazamientos diarios al centro médico y realizar en su casa la rehabilitación. O, por ejemplo, cómo pueden ser los pacientes los encargados de hacer los chequeos diarios de su salud desde casa con un control médico a distancia, tal como permite Primun Health, otro de los invitados a este encuentro dedicado a las apps y la salud.
Las posibilidades de Primun Health, creada por unos emprendedores andaluces, ilustran bien las afirmaciones del médico De la Serna. Nos contaba que si internet “nos llevó de una medicina más reactiva a una más participativa”, las apps convierten al paciente en un actor protagonista y nos llevan a una medicina “más colaborativa”.
Ese papel protagonista del enfermo en el cuidado de su salud y un buen desarrollo tecnológico es lo que permitirá que las apps entren en las recetas médicas de los próximos años. Esta idea ya la tienen bastante clara en Estados Unidos, donde unas cuantas aplicaciones cuentan con el certificado de la Agencia Nacional del Medicamento (FDA).
La mayoría no ha logrado su garantía y justo ahí, en las cuestiones de seguridad, va a estar uno de los retos para el buen desarrollo de una tecnología que, como contó Pablo Gómez, responsable de mercadotecnia de Sanitas, moverá más de 17.000 millones de euros en 2017.
¿Recetar aplicaciones, locura o visión de futuro?