Los cortes a los presupuestos de salud, producto de la crisis que afecta al viejo continente, podrían afectar los subsidios a las compañías farmacéuticas. La presión de los países para bajar los precios y probar la efectividad de las drogas las afecta negativamente.
Durante el último año las ganancias de las compañías farmacéuticas han mermado a causa de las medidas de austeridad que hoy atraviesan los países europeos y que han cortado los presupuestos de salud durante 2011. Los analistas del sector dicen que esta tendencia podría, incluso, continuar hasta 2014 y la presión de los recortes ya está afectando a la industria.
Los recortes significan, de hecho, que los gobiernos no están dispuestos a pagar precios abultados por las píldoras. Inclusive en algunos países nuevas leyes están presionando a las empresas farmacéuticas para que demuestren que sus productos son tan efectivos como dicen, a riesgo de perder los subsidios totalmente.
Lo cierto es que la reducción de precios en Europa ha tenido efectos colaterales. En las economías emergentes es común que se tomen como referencia los precios del viejo continente, lo que ha producido un corte en sus ganancias en esa región también. Las empresas farmacéuticas europeas, que han sido tremendamente exitosas en los últimos años en esas regiones, dependen ahora de sus ganancias en mercados emergentes. Por su parte, las empresas norteamericanas no tienen esa presión porque no dependen tan fuertemente de esos mercados.
Antes de la ola de austeridad que hoy golpea a Europa, las empresas farmacéuticas gozaban de un status privilegiado en un continente golpeado por la crisis. Países como Alemania, Francia y Gran Bretaña les ofrecían una gran flexibilidad para fijar precios. Pero ahora los gobiernos se ven obligados a reestructurarse y eso significa pensar también en los medicamentos.
Como los países no están dispuestos a pagar lo que las empresas piden, se han visto obligados a recalibrar sus estrategias para considerar los factores económicos en el proceso de producción. La creación de nuevas drogas, por ejemplo, también ha sido sujeta a reducciones.
Aunque los países de Europa Occidental generalmente gastan hasta 12% de su PBI en salud, el sector farmacéutico está siendo golpeado porque una baja en los precios podría reducir drásticamente los gastos de esos países sin que deban manipular presupuestos en hospitales.
En el último año las ventas de drogas a farmacias y hospitales bajaron 2,2% en Francia, 3,1% en Italia y casi 9% en España según Business Monitor International. Es difícil predecir qué tanto afectará esto a la industria en el próximo año. Algunas compañías del sector alertan que una baja en las ganancias podría llevar a un corte significativo de personal. AstraZeneca planea cortar 7000 puestos de trabajo y Novartis hará lo suyo con 2000 empleos.
Fuente: Mercado
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