El capital de riesgo se esfuma para las firmas biotecnológicas




Las empresas de biotecnología se han dado cuenta de la realidad: los días del dinero fácil se acabaron.

Estas farmacéuticas pequeñas e innovadoras fueron alguna vez las predilectas de los inversionistas de quienes recibieron millones de dólares. Después recaudaron millones gracias a sus salidas a bolsa. Pero en los últimos años, la financiación de riesgo para las firmas de biotecnología ha venido disminuyendo, debido al difícil entorno económico en Estados Unidos y a los débiles retornos de las ofertas iniciales de acciones.

Los capitalistas de riesgo invirtieron el año pasado un total de US$3.920 millones en empresas de biotecnología en todas las etapas, muy por debajo del máximo de US$6.170 millones registrado en 2007, según VentureSource. Las acciones de compañías de biotecnología que salieron a bolsa en 2011 cotizaron 29% por debajo del precio de oferta medio esperado, según el banco de inversión Needham & Co. Algunos capitalistas de riesgo han dejado de financiar por completo a empresas del sector.

En tanto, las grandes farmacéuticas, cuyos acuerdos con empresas de biotecnología son una fuente importante de financiación, están imponiendo términos más estrictos al vincular sus inversiones con pruebas tangibles de éxito.

"El entorno está complicado para las empresas de biotecnología", reconoció David Pompliano, presidente ejecutivo de BioLeap, compañía que ha estado reuniéndose con capitalistas de riesgo y fondos de inversión para suplementar los US$5 millones que recaudó hace dos años.

Como resultado, las biotecnológicas se están apretando el cinturón y buscando otras fuentes de financiación. Algunas están contratando menos científicos y tercerizando tareas clave, como la sintetización de potenciales medicinas. Unas pocas han cesado operaciones debido a la falta de fondos, mientras que otras buscan efectivo de inversionistas extranjeros o de fundaciones privadas, dicen fuentes del sector.

En última instancia, puede que avances promisorios dejen de explorarse si las empresas no encuentran formas de financiarse. "Existe un debate: ¿Cuál es el nuevo paradigma? o ¿vamos a ver el desvanecimiento de la industria biotecnológica?", señaló Kevin Collins, abogado de la firma Jenner & Block que trabaja con empresas del sector.

Cabe aclarar que aún hay dinero para algunas ideas y que la cantidad de financiación ha aumentado recientemente. Los US$4.700 millones que los capitalistas de riesgo y otros invirtieron el año pasado en empresas de biotecnología que no cotizan en bolsa fue la cifra más alta desde los US$5.400 registrados en 2007, según el reporte MoneyTree realizado por PricewaterhouseCoopers y la Asociación Estadounidense de Capital de Riesgo.

Pero las inversiones no han regresado a los niveles previos a la crisis de 2008 y se han cerrado menos acuerdos, especialmente relacionados con empresas nuevas. En 2011, unas 98 empresas biotecnológicas recibieron inversión de riesgo por primera vez, frente a 141 en 2007, indica el reporte. Las empresas recién creadas recaudaron el año pasado un total de US$842 millones en financiación inicial, un descenso de 19% frente al total de 2007.

La situación contrasta marcadamente con los días de auge del sector biotecnológico hace más de una década. Los estacionamientos de ejecutivos y científicos de empresas del sector, que en el pasado habían sido ocupados por vehículos antiguos y oxidados, fueron llenándose de BMW y Mercedes, recuerda David Webb, ex ejecutivo de Syrrx Inc. y otras firmas biotecnológicas de las que ahora es asesor.

Para fines de 2002, Syrrx, de San Diego, anunció que había recaudado US$111,5 millones de capitalistas de riesgo, de acuerdo con VentureSource. En 2005, la empresa de medicinas para el cáncer fue adquirida por Takeda Pharmaceutical Co. por US$270 millones.

Sin embargo, el bajón económico en Estados Unidos perjudicó a los inversionistas en los fondos de capital de riesgo, que se volvieron más cautelosos a la hora de de colocar sus fortunas en empresas biotecnológicas riesgosas y costosas, como ARYx Therapeutics Inc., de California. Esta empresa anunció el año pasado que cesaba operaciones después de que la Dirección de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA por sus siglas en inglés) retrasara la emisión de las directrices sobre el desarrollo de un tratamiento gastrointestinal que preparaba.

Por otro lado, las empresas nuevas de Internet resultaron ser más lucrativas, más baratas de financiar y menos dependientes del escrutinio de las autoridades, dicen capitalistas de riesgo.

Otra desventaja es que los inversionistas ya no pueden recoger los frutos mediante una salida a bolsa. Por años, las ofertas públicas iniciales (OPI) proporcionaron un claro retorno a los inversionistas. Pero en 2011, se registraron apenas ocho OPI de biotecnológicas que habían sido financiadas con capital de riesgo. Estas operaciones recaudaron US$517 millones. Esto se compara con las 19 salidas a bolsas en el sector registradas en 2007 y las cuales recaudaron US$1.200 millones, de acuerdo con el reporte MoneyTree. Hoy, "una OPI es un vehículo financiero, no una oportunidad de salida", dijo Jay Lichter, director gerente de Avalon Ventures, firma que invierte en empresas biotecnológicas.

Fuente: Wall Street Journal

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