Redes sociales: También una herramienta útil entre médicos y pacientes




¿Tu médico es tecnófobo? La respuesta a esta pregunta empieza a ser un No con más frecuencia. A pesar del estereotipo existente que tacha a los médicos de evitar las nuevas tecnologías con el fin de proteger la privacidad de sus pacientes y también a ellos mismos, lo cierto es que cada vez hay un mayor número de médicos que se lanzan al mundo digital para poder ayudar a sus pacientes de otra forma.

Seguir las tendencias médicas en Twitter, identificar problemas a través de las páginas de Facebook o comunicarse con los pacientes a través del correo electrónico se están convirtiendo en algunas de estas nuevas prácticas que los médicos empiezan a practicar para relacionarse de forma activa con sus pacientes.

Así, a pesar de que aún existen algunos médicos fieles al lápiz y al papel y otros que sí utilizan las nuevas tecnologías con sus colegas pero que no desean relacionarse de esa forma con sus pacientes, la tendencia está en alza en los últimos tiempos. Estudios relacionados con el tema demuestran que los pacientes quieren algo más que quince minutos con el médico o una llamada al final del día.

Un ejemplo de este tipo de práctica es el de la pediatra de Kansas Natasha Burgert, que ofrece consejos para cuidar a los niños tanto en su blog como en su Facebook y en su página de Twitter, aparte de contestar a los correos electrónicos y mensajes al móvil que recibe de los padres. Desde su punto de vista este tipo de herramientas ayudan mucho a su trabajo diario. Para Burgert resulta mucho más sencillo contestar a un correo electrónico o enviar un link de su blog que devolver una llamada. Para los padres también parece ser útil puesto que se responde a muchas dudas que o bien no son vitales o bien no da tiempo a tratarlas en una consulta.

Pero obviamente no todo son ventajas y está claro que este tipo de comunicación también puede dar problemas, un ejemplo de problema que preocupa a los profesionales de la medicina es la difusión de una información errónea. Así, es importante recordar que simplemente se trata de un complemento del servicio ofrecido por los médicos, ni mucho menos implica dejar de acudir a las consultas o sólo confiar en lo que se ve en la Web.

Los médicos que ya han empezado a ofrecer este servicio complementario están de acuerdo al afirmar que se trata de una gran oportunidad de utilizar un canal de comunicación diferente por el que relacionarse con una audiencia interesada en estos temas. Aún así, algunos aspectos resultan complejos para muchos médicos que llevan años ejerciendo la profesión, especialmente la necesidad de reducir sus respuestas a un número determinado de caracteres.

La Asociación Americana de Medicina reconoce los beneficios del uso de las redes sociales, aunque también pide a los médicos que traten de proteger la privacidad de sus pacientes y también que mantengan ciertas distancias con ellos.

Un estudio realizado el pasado verano a 501 médicos escogidos de manera aleatoria mostraba cómo el 20% de ellos se relacionaban con sus pacientes a través del correo electrónico antes que por las redes sociales. Un porcentaje similar tenía páginas Web en las que los pacientes podían programar sus visitas y descargarse resultados de pruebas. Tan sólo un 6% se comunicaba con sus pacientes a través de las redes sociales, aunque se espera que ese número aumente.

Otro estudio publicado en marzo mostraba cómo el 60% de los departamentos de salud del Estado utilizaban Twitter u otras redes sociales, aunque lo hacían principalmente para distribuir información y no para interactuar con los pacientes. Aun así, esta última tendencia podría verse fortalecida con el paso del tiempo suponiendo ciertas ventajas para los pacientes o consulta que pudieran depejarse con una simple aclaración o información médica.

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